El fantástico Bolt
A las cuatro de la tarde de un viernes empiezo a recibir mensajes con fotos de perritos rescatados que me manda mi amiga Claudia. Con Claudia nos conocimos cuando vino a mi estudio a comprar un collar de zorrito el año pasado, la charla empezó por los bichos y terminó en la vida entera y desde entonces cada tanto nos vamos a tomar algo juntas a charlar o pasear a sus perritos al parque.
Esa tarde Claudia me ofrecía una galería de perros que necesitaban tránsito. Estaba en el auto con mi novio y lo tenté, así que le confirmé a Claudia que podía recibir a cualquiera que no fuese cachorro porque no tenía tanto tiempo para cuidar de un bebé y sus travesuras.
Después de eso vinieron unas idas y venidas de entusiasmos y decepciones hasta que a la noche llegó la confirmación. Bolt llegaría a la tarde del día siguiente con su corte de rescatadoras y sus once kilos de amor peludo.
Así fue que llegó a casa el fantástico Bolt. Estaba un poco asustado, y a la vez curioso, era evidente que las últimas semanas habían sido de cambios constantes y mucho estrés. Bolt se había escapado y había tenido un accidente, estaba curado pero había que conseguirle un hogar responsable que quisiera adoptarlo de forma definitiva. En casa se quedaría hasta que encontráramos a su nueva familia.
Al principio Bolt estaba un poco triste y tímido pero rápidamente se dio cuenta que estábamos inclinados a malcriarlo y a los poco días estaba subiéndose a la cama feliz y sin pedir permiso. Nosotros de un día para otro éramos padres, yo me levanté más temprano de lo que me había levantado nunca para bajarlo rigurosamente cada mañana a pasear. Cada vez que lo dejaba solo se me partía el corazón al escucharlo llorar detrás de la puerta, así que lo llevaba conmigo a todos los lugares que podía. Fui con Bolt a las clases de joyería, lo llevamos a bailar con nosotros a la Glorieta de Belgrano y paseamos por los parques de la ciudad como nunca. En cada lugar que fuimos con él, fue el centro de la atención y conquistó a todos los que se acercaron a hacerle una acaricia.
Bolt resultó ser el mejor perro posible, inteligente, obediente, cariñoso y chiquito por lo que la pregunta surgió inevitablemente: ¿lo queremos para siempre? Aunque no fue fácil resistirnos y lo pensamos de arriba abajo estaba clara desde un principio la decisión y seguimos adelante con la búsqueda de una familia más resuelta que nosotros. La familia llegó rapidísimo porque Bolt es verdaderamente fantástico, y cuando quisimos acordar se iba en auto con sus nuevos papas y nosotros nos quedábamos con un sabor agridulce. Un poco tristes por la pérdida pero contentos de que nuestro flamante hijo peludo tuviera un nuevo y amoroso hogar.
La experiencia de tener un perrito en tránsito es todo menos una carga, aprendimos sobre el apego y el desapego, sobre el amor incondicional y sobre estar para otro como un soldado. Jugamos y nos divertimos y mientras tanto le dimos a al pequeño Bolt un lugar calentito donde estar mientras que encontraba a su familia definitiva.
Como consecuencia de la experiencia del tránsito de Bolt surgió la idea de apoyar el trabajo de Claudia y las chicas con las que colabora rescatando perros en Buenos Aires y el conurbano haciendo un collar en homenaje de cuyas ventas la ganancia será a beneficio del trabajo de este grupo de rescatistas. Obviamente va a ser un hit porque es fantástico como Bolt!!
El collar ya esta disponible en mi tienda online pero también pueden venir a buscarlo a mi estudio o contactarnos por todas las redes sociales.
Adopten, transiten, llénense de amor peludo!!
Que bella Xime! Gracias por estar para Bolt! Un abrazo enorme.
me hiciste llorar… nosotros en Bs As, rescatamos algunos perritos de la calle, sobre todo perras en celo, para que no tuvieran cachorros y poder acotar un poco el ciclo de sufrimiento interminable que tienen que padecer… a muchos los dimos en adopción super respondable, pero la lágrimas al despedirnos eran inevitables, y por supuesto lágrimas de felicidad al saber que ya no iban a sufrir más… pero hubo 5 de los cuales no pudimos desapegarnos, y son nuestra familia hoy en día… compuesta por Kiki, Coral, Cookie, Folavril y Sueño perritos, Jo y yo humanos… y los 7 nos amamos por igual, aunque estoy segura que el amor de ellos hacia nosotros es aún más fuerte… gracias por transitar, es maravilloso…
Gracias Lola, perdon que te respondo tan tarde, me encantó tu comentario. Cada uno aporta desde donde puede, pero la labor de ustedes es un compromiso enorme, los felicito!