Mi proceso de producción tiene varias etapas

Cada pieza es hecha a mano de principio a fin. La primera etapa es el abordaje del diseño. Yo parto de bocetos muy simple en los cuales me familiarizo con la forma del animal tratando de captar sus características esenciales. De esa manera entreno mi mente para el modelado posterior. Después hago varios bocetos en tridimensionalidad y algunas pruebas después de horneado de cómo funciona el diseño en uso hasta que lo apruebo para producirlo para vender. La producción comienza con el modelado. Se modela la pasta cruda, una pasta especial para porcelana. Yo hago un primer modelado rústico con la pasta bien blanda y después le hago las terminaciones y las texturas. Los pelitos se tallan cuando ya esta un poco mas firme con un palito de metal. Si uso colores bajo cubierta se los pongo en esa etapa cuando la pasta esta seca pero cruda. Después las piezas pasan por el horno por primera vez.

Es lo que se hace habitualmente con todas las técnicas de cerámica. Se llama bizcochar, se hornean las piezas modeladas una vez secas a una temperatura entre 700 y 800 grados para poder esmaltarlas. Cocidas a esa temperatura las piezas todavía son porosas y por lo tanto absorben el agua del esmalte y lo fijan.

«Las técnicas que utilizo son las mismas que se utilizaban para producir la vajilla inglesa clásica»

El esmaltado en mi caso es muy simple es un chapuzón en esmalte transparente brillante y al horno nuevamente. Esta vez si que la temperatura es alta. La porcelana exige temperaturas de entre 1250 y 1400 grados, yo horneo a 1270 grados que es un montón!. Eso hace que la pasta este un poco “fundida” o vitrificada, es una de las características de la porcelana y el gres. Estar cristalizada la hace mas densa por eso es impermeable, muy resistente y tiene un sonido muy lindo como el del cristal. Las técnicas que utilizo son las mismas que se utilizaban para producir la vajilla inglesa clásica.

El último paso es pintar los detalles en oro. El lustre de oro también se hornea a 800 grados, yo lo aplico con un pincelito chiquitito con mucho amor, dibujo las caritas y algunos pelitos y al horno por última vez. Ahí es cuando empiezan a aparecer la criaturas, cada pieza es en algún sentido como un personaje que va cobrando su propia identidad.

Eso es lo que mas me gusta de hacerlas, se siente un poco como estar jugando, animando estas criaturas que están apareciendo. Cuando las piezas salen del horno resta ponerles cadena o la terminación que lleven en metal. Yo soy ceramista así en joyería uso buenos materiales pero de una forma muy simple.

¡Ya están prontos para salir a jugar!